La Batalla de Santa Rosa es la más importante de las que se tuvieron contra los filibusteros

Cuadro pintado de la batalla de Santa Rosa

Entrevista realizada por el periodista José Manuel Peña, a Vladimir de la Cruz, publicada en el periódico guanacasteco ANEXIÓN, en la edición de marzo-abril 2020

Celebramos el 20 de marzo el 164 aniversario de la Batalla de Santa Rosa, contra los filibusteros que habían ingresado al territorio nacional, provenientes de Nicaragua. Con este motivo hemos conversado con el Historiador Vladimir de la Cruz para analizar su importancia, su valor  y su significado.

José Manuel: ¿Para usted cuál es el significado de la Batalla de Santa Rosa, del 20 de marzo de 1856?

Vladimir: La Batalla de Santa Rosa es para mí la más importante de todas las que se llevaron  a cabo contra las tropas filibusteras. Lo es porque se produce en el territorio nacional, donde los filibusteros fueron derrotados, obligándose su retirada y salida del territorio costarricense. Lo es porque se le infligió una profunda derrota moral a los filibusteros al punto que no creyeron que habían sido derrotados por tropas costarricenses. Uno de los jefes militares de William Walker, el coronel Louis Schlessinger, fue derrotado en esa batalla, que lamentablemente no fue capturado y pudo replegarse a Nicaragua con los filibusteros que lograron escapar.

José Manuel: ¿Fue casualidad la derrota de los filibusteros en San Rosa?

Vladimir: No fue casualidad. El Ejército Nacional estaba en capacidad de dar esa batalla. Tenía los hombres necesarios. Tenía los Jefes militares en capacidad de conducir el Ejército y en capacidad de hacer el análisis estratégico y táctico de esa Batalla. Pudieron determinar con exactitud dónde estaban los filibusteros y allí sí, sorprenderlos en el ataque. Tenían las armas y tenían la moral en alto para defender el territorio nacional, la Patria costarricense. Tenían los jefes militares el conocimiento geográfico de la Hacienda Santa Rosa, porque había sido del suegro del General en Jefe del Ejército, José Joaquín Mora Porras,  hermano del Presidente Juan Rafael Mora. A los filibusteros se les atacó en la Casona y en los corrales, donde estaban ubicados, con control del entorno geográfico, y se les persiguió por el territorio nacional en su huida, hasta asegurar que no quedara filibustero alguno en el territorio. Antes de la Batalla se capturó un filibustero que trató de engañar la tropa sin resultado. Los filibusteros estaban organizados en cuatro compañías con casi 300 hombres.

José Manuel: ¿Cuántos soldados hubo necesidad de movilizar a la Campaña Nacional y a Santa Rosa

Vladimir: El Ejército costarricense, entre los militares y soldados propios, más los voluntarios que se sumaron  al llamado del Presidente Mora, se llegó a constituir con una tropa que pudo andar alrededor de los 10.000 hombres. Incluso se contó con un contingente de guanacastecos muy importante. La tropa salió de San José el 3 de marzo, con las dificultades del momento. El 15 de marzo ya estaban llegando a Liberia. En el camino se iban sumando combatientes. Por su parte las tropas filibusteras habían ingresado al territorio nacional, y se habían establecido en la Hacienda Santa Rosa. En los días anteriores al 20 de marzo ya la tropa nacional tenía conocimiento de su llegada y establecimiento. Se había empezado a trazar el plan estratégico para derrotarlos y de avanzar hacia la Hacienda. En la Hacienda Santa Rosa participaron casi mil hombres en los distintos destacamentos que se movilizaron para enfrentar a los filibusteros allí.

José Manuel: ¿Desde cuándo se empezó a preparar el Presidente Mora contra los filibusteros?

Vladimir: Desde el 20 de noviembre de 1855 el Presidente Mora ya había advertido sobre el peligro y la presencia filibustera en Nicaragua y sus planes expansionistas sobre Costa Rica, y llamó a los costarricenses a prepararse para combatir a los filibusteros. Desde antes había sido informado de los afanes expansionistas de Walker, por los representantes diplomáticos de Costa Rica en Estados Unidos, y sabía de la llegada de los filibusteros a Nicaragua desde 1855, donde habían pasado a jugar un papel muy importante y determinante en la política interna de Nicaragua. Por eso la Proclama del 20 de noviembre de 1855. A esa convocatoria se sumó, a principios de diciembre,  el Obispo Anselmo Llorente y La Fuente, que sumó varios sacerdotes con la movilización de la tropa al frente de batalla. El más importante de ellos, como Capellán General del Ejército, fue el Padre Francisco Calvo, a quien le debemos el recuento de los caídos en toda la guerra, durante 1856 y 1857, con bastante exactitud.

José Manuel: ¿Cuándo se tomó la decisión de marchar?

Vladimir: Walker intentó negociar, a principios de 1856, con el presidente Mora su presencia y su dominación, y la actitud que había asumido el Gobierno costarricense de no reconocer al gobierno nicaragüense. Walker envió tres emisarios a los que no se les recibió, entre ellos el mismo coronel Schlessinger, quizá  también con la idea de que fuera reconociendo el territorio. Esto condujo a que el Presidente Mora el 25 de febrero tomara la decisión de hacer la guerra, para lo cual convocó el Congreso que apoyó al Presidente. De allí la Proclama del 1 de marzo de 1856, que Mora empezó llamando “A las Armas!”, y ordenó la marcha hacia Nicaragua. En esta Proclama les dice también a los nicaragüenses que vamos a ir a liberarlos, los llama a sublevarse contra los filibusteros y llama a “la guerra solo a los filibusteros”. Dice categóricamente que esa lucha es “por la Independencia Hispanoamericana”.

 José Manuel:  ¿Marchamos solos, como país, al combate?

Vladimir: Al final de la Proclama del 1 de marzo de 1856, el Presidente Mora señala que Guatemala, El Salvador y Honduras, también marchan contra la horda filibustera, lo que quiere decir que ya los gobiernos de Centroamérica estaban enterados de los planes militares del Presidente Mora y de las acciones militares que se iniciarían, y que se les había pedido colaboración, que efectivamente la dan, especialmente para el período que se llama de la Segunda Campaña, después del triunfo de la Batalla de Rivas, del 11 de abril, y de haber superado los estragos de la peste del cólera.

José Manuel: ¿La Batalla de Santa Rosa se distinguió solo por su breve combate?

Vladimir: Ese fue un elemento distintivo. La Batalla no duró más de 14 minutos, lo que evidencia la capacidad de preparación y conocimiento del terreno de combate que tenía la tropa costarricense que pudo atacar a los filibusteros por cuatro flancos, de manera sorpresiva y con gran capacidad de fuego, incluso utilizando tres pequeños cañones que se llevaron a ese combate.

José Manuel: ¿Tenía preparación y buenas armas el Ejército Nacional?

Casona donde se llevó a cabo la Batalla de Santa Rosa. Actualmente, Parque Nacional Santa Rosa.

Vladimir: El Ejército de Costa Rica había empezado a desarrollarse de mejor forma a partir del Gobierno de Braulio Carrillo, luego con la llegada de Francisco Morazán se fortaleció. En la década de 1840 Nicaragua todavía discutía sobre la legitimidad de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica.  Los gobernantes de Costa Rica, y especialmente el Presidente Mora, entendieron que había que prepararse militarmente para enfrentar una posible intervención militar nicaragüense con el afán de recuperar el Partido de Nicoya, ya convertido e incorporado en la Provincia de Guanacaste desde 1848. En época del Presidente Mora se intenta hacer una Academia Militar, se contrata un militar europeo para que colabore en esa tarea y se empieza a adquirir armamento, que se trae moderno, de última generación, que se había empleado en la Guerra de Crimea, en Europa, recientemente. Esto es importante destacarlo porque el Ejército estaba preparado, no fue improvisadamente que fuimos a combatir y sin armas apropiadas.

 José Manuel: ¿En qué momento se puede decir que los filibusteros ya estaban en la Hacienda Santa Rosa?

 Vladimir: El 19 de marzo ya estaban instalados y dispuestos a marchar cuanto antes hacia Liberia. Con Schlessinger venían combatientes franceses y alemanes, porque eran mercenarios. De San José el 3 de marzo habían salido 3000 personas movilizadas en el Ejército hacia Liberia. La colonia alemana radicada en San José se puso a la orden del Gobierno y colaboraron en la Campaña Nacional. El 20 de marzo la tropa nacional se movilizó con cautela y alrededor de las 3 de la tarde ya estaban listos para el combate en la Hacienda Santa Rosa.

José Manuel: El hermano del Presidente era el que estaba al frente de la tropa. ¿El Presidente Mora estaba en San José?

Vladimir: El Presidente Mora había salido al frente de batalla. Se encontraba en Liberia con el Estado Mayor Militar. El Presidente Mora acompañó el Ejército hasta Rivas, en Nicaragua. Siempre estuvo al frente, participando en la toma de decisiones militares y en el diseño táctico estratégico de la guerra en todas sus fases. A la tropa filibustera la enfrentaron desde 4 flancos. En esta Batalla jugó un papel muy importante el Batallón de Moracia, como se conocía en ese momento la Provincia de Guanacaste, que le habían puesto ese nombre en mérito al Presidente Mora. Los jefes militares de la Batalla Clodomiro Escalante, Lorenzo Salazar, José María Gutiérrez, Mateo Marín, Manuel Rojas, Manuel Quirós, Joaquín Ortiz, y otros,  todos se distinguieron en el combate. Varios oficiales cayeron en el combate. Los filibusteros huyeron, 26 cayeron muertos y a otros, capturados, 19, los fusilaron. Los caídos costarricenses en la Batalla de Santa Rosa fueron 4 oficiales y 15 soldados, según el parte oficial de la Batalla. Walker reconoció que había sufrido una “cruel y vergonzosa derrota”.

En Santa Rosa se debatía la Libertad de Costa Rica y el pueblo estaba dispuesto a jugarse la vida en esta causa. Así se inició el avance en combates contra los filibusteros.

 

José Manuel: ¿Qué pasó de inmediato al triunfo de la Batalla de Santa Rosa?

 Vladimir: De inmediato el Presidente Mora ordenó perseguir a los filibusteros por todo el territorio nacional y avanzar hacia Nicaragua. El territorio nacional estaba en ese momento salvaguardado. El 27 de marzo el Presidente Mora advirtió, con una Proclama, que el filibustero que se encontrara en el territorio nacional se le fusilaría.

El 29 de marzo ya la tropa y el Presidente Mora estaban en Sapoá, dispuesto a entrar a Nicaragua. Este día de nuevo se dirigió a los nicaragüenses, convocándoles a la insurrección contra los filibusteros e informándoles de la derrota que habían sufrido en Santa Rosa.

Se pasó la frontera y antes de avanzar hacia la ciudad de Rivas se hicieron acciones militares para tomar San Juan del Sur y La Virgen, dos puertos muy importantes en el Pacífico nicaragüense y en el Lago de Nicaragua.

El 10 de abril, antes de la Batalla de Rivas, se le logra dar otro golpe militar, táctico y estratégico, a los filibusteros, provocándoles una nueva derrota militar y moral, cuando en Sardinal, en el “estero del Sarapiquí”, se le derrotó y se aseguró, de nuevo el territorio costarricense.

Así, la Batalla de Santa Rosa, desde entonces iluminó gloriosamente todo el escenario de la Guerra Nacional contra los filibusteros norteamericanos, y mantuvo en alto la moral combativa desde ese primer encuentro militar contra la horda y la falange filibustera.

Fuente:
Vladimir de la Cruz
Entrevista realizada por el periodista José Manuel Peña, a Vladimir de la Cruz
Publicada en el periódico guanacasteco ANEXIÓN
Edición de marzo-abril 2020

Vladimir de la Cruz

Vladimir de la Cruz

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